PALABRAS DE LA PRESIDENTA DEL PARTIDO POPULAR DE MADRID EN LA CLAUSURA DEL 17 CONGRESO REGIONAL

Muchísimas gracias a todos por estar con nosotros en un día tan señalado para el Partido Popular, el partido que mejor conoce la Comunidad de Madrid, la región que ha estado siempre al servicio de España.

De este congreso nace un nuevo equipo de ganadores y futuros ganadores que van a dedicar sus mejores esfuerzos a obtener un gran resultado en las elecciones de 2023.

Entonces demostraremos que el 4 de mayo no fue flor de un día. El 4 de mayo las personas que ven la vida de manera valiente acudieron a las urnas a defender sus convicciones y el bien común: la prosperidad, la libertad, la alegría de vivir y España.

Y por eso, tantos ciudadanos de todos los rincones del país y por todo el mundo sintieron lo mismo. Nada puede con la ilusión y las ganas de una persona que pelea, se esfuerza y tiene su alma cargada de pasión por la vida, por la libertad y por las cosas bien hechas.

Este equipo se va a caracterizar por hacerlo todo de la misma manera: con alegría, con convencimiento. Apelando a la verdad y a los conceptos claros: Sánchez dirige el gobierno más autoritario y menos leal a los españoles; somos una nación sin la que Occidente no se entendería; Cuba es una dictadura; los servicios públicos se pagan con los impuestos que genera el empleo; los impuestos altos son confiscatorios y desincentivan; Madrid es la región capital de España y representa a la España con ganas; Madrid es todo aquí se emplea aquí se trabaja aquí se esfuerza; pretenden dejarla de lado, controlarla y descapitalizarla, sin entenderla ni respetarla; están fabricando un nuevo mundo retorcido para tapar el mundo verdadero.

Hoy nos encontramos en el peor momento con el peor gobierno que hemos tenido en democracia.

El gobierno que no sabe gestionar, que no tiene claro ni qué es España ni le interesa: lo que sí sabe es que la palabra “España” no le provoca ningún entusiasmo. El gobierno que, según se va haciendo más pequeño ante los españoles y ante el mundo, más se embrutece. Aquel que erosiona toda institución que le recuerda los límites que marca el Estado de derecho.

Es el ejecutivo que está colonizando nuestras instituciones a través de personas con peor preparación, sin ser funcionarios, titulados o tener mérito alguno; y en casi todos los casos, con una alta carga de ideología y sectarismo. El gobierno que actúa bajo un único principio: “o conmigo, o contra mí”.

No sabemos en qué momento de la historia una parte de la izquierda decidió que quería volver a un país dividido, a revivir “las dos Españas” y acabar con la convivencia. Que reabriría las heridas que sanó la modélica Transición española.

No sabemos en qué momento empezaron a odiar ser españoles. Lo que sabemos es que han profesionalizado su afán por debilitar a España y han encontrado, como ha ocurrido en tantos momentos en la historia, su oportunidad.

No es casualidad que esté pasando todo a la vez:

Ataque constante a la capital de España y a la Corona, quizá porque representan lo mismo: la unidad y la igualdad entre compatriotas.

Ataque a todo aquello que nos da sentido como Nación, contra el derecho de las nuevas generaciones a disfrutar de su pasaporte español y a saber qué ha sido su nación a lo largo de los siglos.

No es casualidad que hoy a la vez haya tantos españoles que no pueden optar a la función pública en Navarra sin saber un euskera impuesto, o que el mejor médico en Baleares tampoco pueda hacerlo por negarse a opositar si no es en español. O que a los catalanes se les niegue su derecho constitucional a estudiar en el idioma que comparten 600 millones de almas por todo el mundo, y que son atropellados por una administración autonómica que se ha inventado una nación y se ha convertido en una fábrica de expulsar a jóvenes y empresas.

Y esto a Madrid le importa, aquí esto nos importa. Sánchez nos busca problemas donde no los hay para fabricar una realidad paralela. Y aún peor es lo de muchos políticos quienes a pesar de ver lo que pasa, huyen de los problemas en su afán por la seguridad y la tranquilidad.

A un gobierno incapaz se unen el totalitarismo, como el que hoy pretende aniquilar a Ucrania y el comunismo, que provoca éxodos masivos también en Venezuela y acaba con la vida y las aspiraciones de quienes se enfrentan a él.

Los amigos del terrorismo, de las narcodictaduras, de las dictaduras populistas, están en el Gobierno central.

Por la regla de 3, la que pretenden quitar de las matemáticas con perspectiva de género, de 22 ministerios incapaces, el 30% de los de Podemos, es la vergüenza de Europa.

Y lo visibiliza una señora que nos da lecciones de feminismo mientras su mayor éxito político es ser la pareja de.

No hay propuesta simplona e irresponsable de la izquierda que no afecte directamente a la prosperidad y la libertad. Su forma de ver la vida, propia de malcriadas que aspiran a llegar solas y borrachas, desprovistas de responsabilidades ni siquiera ante sus peores decisiones, nos abochorna a la inmensa mayoría de las mujeres, que trabajamos cada día por sacar adelante nuestro país.

Como a perro flaco todo son pulgas, para colmo, a España la está parasitando la misma agenda totalitaria que a todo Occidente, despojándola de todo aquello que la hizo ser universal y que le dio tanta prosperidad, desarrollo y paz. Hablar de la vida y la libertad hoy no es progresista.

Resulta que la supuesta preocupación por el medioambiente, la falsa lucha contra el racismo, el lamentable feminismo resiliente, la manipulación intolerable y criminal de la condición sexual o el fomento de las adicciones, son simplemente el nuevo colectivismo.

No es el amor por los animales lo que mueve a la mayoría de los antitaurinos, sino el odio por que los españoles tengan arraigo cultural y porque el agricultor o ganadero labre su tierra y se haga autónomo prosperando con ella. No es a favor, sino el resentimiento, lo que les guía.

No es la preocupación por el medioambiente sino el odio al libre mercado, el empleo y por tanto, la libertad, lo que mueve a tanto prescriptor del cambio climático con ventanas a un Carrefour, un Corte Inglés y dos líneas de Metro.

Y por supuesto no es el interés por luchar contra conductas homófobas o el respeto al transexual lo que les motiva. Es la división artificial en 10 sexos y la confusión a los más jóvenes lo que les anima a dividir y enfrentar al hombre con la mujer, eternos compañeros de viaje, con el fin de despojar a las personas de la seguridad en sí mismas, y dirigirlas desde una aplicación móvil con politono de república bananera.

Tampoco es la lucha de la violencia contra la mujer la que les estimula, sino la del rencor contra el hombre y la ventaja por el simple hecho de no serlo. Aunque por el camino haya un menor secuestrado, manipulado o desatendido. Son las consecuencias de abrir las instituciones al resentido que se hace con acta de diputado.

De todo esto, este gobierno infantiloide llena la cabeza a tantas personas bienintencionadas. Mientras, los que no piensan de la misma manera no pueden dar una charla en libertad en la universidad, pedir amparo a instituciones independientes o tener a mano un micrófono donde ser escuchado.

Y esto en Madrid no lo aceptamos.

Control de los medios, escuchas a móviles, desprecio al parlamento, señalamiento de jueces. Parece como la película, La vida de los otros. Pero no, es la nuestra. ¿Qué no lograría España si todo ese tiempo y esfuerzo lo dedicara el Gobierno a hacer el bien?

Mientras, todos los problemas reales están desatendidos: nadie en este gobierno hace frente ni al invierno demográfico que está asolando a nuestro país ni a otro de sus grandes problemas: las adicciones. Se habla de salud mental, se habla de soledad no deseada.

¿Por qué no vamos a lo importante? ¿Por qué les dicen a los jóvenes que no es un problema las drogas? ¿Por qué dejamos que estén desatendidos frente a las redes sociales, las nuevas tecnologías, que generan una juventud desprovista de herramientas, de fortalezas para salir adelante? Una juventud a la que le quieren regalar el aprobado, es tratada como rebaño y es contaminada de ideología con la que no encontrará nunca un puesto de trabajo si no es recurriendo al agravio, a la compasión o al enchufe. La verdadera igualdad social viene de la educación basada en el esfuerzo y el mérito.

Las drogas, que siempre campan a sus anchas en los narcoestados de los que se han lucrado parte de los señores que componen este gobierno, están destrozando la vida de generaciones enteras. Y lejos de mantener firme un discurso contra ellas, ahora el comunismo snob que crece en Madrid por ineptitud del PSOE, nos viene a decir que tienen un fin medicinal.

NUESTRA GESTIÓN EN MADRID

Pues bien, ese comunismo en Madrid es el que desde una pretendida superioridad moral frivoliza con el aborto sin reflexión, como si de progreso se tratara y nos cuenta que los porros son libertad y ETA, invención. Que para rabiosa actualidad, el franquismo. Y los secuestros y asesinatos de los dirigentes de Bildu, chiquilladas del pasado, cuestión de fachas. Debe de ser por eso que quieren cambiar el orden cronológico de la historia.

ETA es pasado y Franco, rabiosa actualidad.

Es la nueva izquierda de Madrid, que se pasó de lista el 4 de mayo. Que nos llamó tabernarios, estigmatizó nuestro turismo como de borrachera y nos definió como “el 100 montaditos de Europa”, mientras en pleno covid el sindicato de actores de Broadway quería seguir nuestro ejemplo, el Teatro Real fue nombrado el mejor del mundo, nuestros deportistas olímpicos pudieron llegar entrenados a Tokio y en los colegios electorales, los ciudadanos hacían gustosamente una cola de más de una hora para votar masivamente en la urna y después, irse a ese 100 Montaditos a disfrutar de las cosas buenas y sencillas de la vida.

Ese Madrid mestizo, abierto, trabajador, orgulloso y libre es el de la compañía tecnológica más puntera y la del obrero que además quiere ser autónomo y tiene su taller, su comercio o su empresa. Que no quiere ser clasificado por agravios ni tratado mejor o peor que otros por su situación personal.

Porque vive en un Madrid que no es clasista y que no distingue por el bolsillo ni por el origen.

Un Madrid donde los señores socialistas construyeron poco más que el Bus Vao de la Carretera de La Coruña para poder volver cómodamente a sus propiedades todas levantadas, casualidad, en municipios del PP. Y se dejaron la misma infraestructura en las otras 5 carreteras nacionales, las que ellos llamarían “de humildes”.

Es el Madrid donde el Partido Popular unió el sur de la región al centro con un Metro capaz de pasar por debajo de un importante río, donde se soterró la M30 que los burócratas socialistas pretendían inundar de semáforos, ampliando aquella gran brecha social en Madrid.

Fue el Madrid que apartó de la gestión a los que se manifestaban en su día contra profesores nativos que llevaban el inglés a la educación pública o con sus pancartas y mentiras intentaron evitar la construcción de 12 hospitales públicos y decenas de centros de salud, justo los que hoy han evitado el colapso absoluto de la sanidad madrileña en la pandemia.

¿Dónde está la visa que desde hace más de 20 años se supone que tienen que llevar los pacientes para ser atendidos en la sanidad pública madrileña?

Gracias a que el Partido Popular de Madrid ha transformado los servicios públicos y le ha demostrado a los ciudadanos que otra forma de vivir es posible, hoy celebramos 10 años de libertad de horarios comerciales; de FP gracias a la cual los alumnos se abren camino en la empresa y donde los padres eligen el colegio que quieren independientemente de sus apellidos.

El actual gobierno de la Comunidad de Madrid sigue el mismo camino. Somos un reducido equipo que trabaja para todos los ciudadanos. Con nuestro proyecto aspiramos a reconciliar y ser la casa común del centro derecha y a unir de izquierda a derecha a los ciudadanos que con dignidad claman por su prosperidad.

Gracias Enrique Ossorio, Concha Dancausa, Javier Fernández- Lasquetty, Enrique López, Paloma Martín, David Pérez, Marta Rivera de la Cruz, Carlos Izquierdo y Enrique Ruiz Escudero. Y gracias María Eugenia Carballedo, por haber estado en el lugar y en el momento, como haces siempre.

Y gracias a todos los viceconsejeros y directores generales del gobierno regional, a todo el personal de la Comunidad, a los que están en puestos de confianza, a asesores y a funcionarios.

Gracias porque habéis estado todos al frente de vuestras responsabilidades, con más sinsabores que alegrías, habéis dado cara ante los momentos más difíciles de Madrid.

Pues bien, amigos, de aquí hacia adelante, la creación de empleo va a seguir siendo nuestra acción de gobierno, nuestro motor. Ya registramos los mejores datos de los últimos 14 años. A los que venden el “yo no le he votado” para arremeter contra Felipe VI, deberían preguntarse si acaso han elegido heredar la deuda que les va a dejar el sanchismo, y que les lastrará e impedirá llevar a cambio sus propios proyectos.

Lideramos la creación de empresas, la atracción de turismo y de inversión extranjera. El Gobierno de la Comunidad de Madrid es respetuoso con el gasto, con la deuda y el futuro de los madrileños y por eso nos financiamos mejor que nadie en los mercados, porque damos confianza.

Seguiremos reduciendo impuestos y burocracia y sacaremos adelante iniciativas como la que permitirá a un empresario de cualquier lugar del país operar en Madrid sin licencias añadidas, o que las farmacias puedan llevar medicamentos a los domicilios.

El médico de cabecera podrá cuidar a mayores y personas con movilidad reducida en su casa, con la telemedicina, mientras los servicios sociales les acompañan más y mejor con teleasistencia.

Nuevos intercambiadores y líneas de Metro. El plan de natalidad, maternidad y paternidad más importante de España. Nuevos colegios, centros de salud y hospitales.

Tenemos mucho que contar.

A partir de la semana que viene participaremos en nuevas conferencias y eventos para que todos los madrileños sepan de primera mano la gestión que realizamos desde este gobierno.

Pero hoy quiero recordar que Madrid es contrapeso. Madrid no es un terruño al que nada le ha de importar lo que ocurra en otros rincones del país. Muchos nos preguntan que por qué hablamos tanto de España, pero es que aquí no vamos a inventar el regionalismo madrileño, porque aquí somos todos Madrid.

Porque el 45% de los que estamos aquí ni siquiera han nacido en esta región. Madrid es universal y va desde sus 179 municipios a todos los rincones. Hoy todo el mundo habla de España y algunos muy mal. ¿Y pretenden que yo no hable de ella, la presidenta de la región capital?

Nosotros por experiencia y por acogida estamos obligados a defender principios e ideas.

A enfrentarnos al populismo, al comunismo y a las tiranías. A corregir a los señores de la izquierda que nos imponen cómo sentirnos como mujeres y nos dan lecciones de política a las que no somos de su cuerda, con condescendencia.

Pues no me resigno: Igual de mal está el que busca problemas porque es un insensato o un resentido, como el que huye de los mismos porque es un cobarde o un vago. El centro derecha no puede dejar que la izquierda colonice problemas y pervierta hasta las palabras y pasar después arreglar solo la economía mientras se asientan las transformaciones ideológicas de la izquierda.

El PP ha de dejar su sello, el de sus convicciones e ideas en la construcción y la defensa de la realidad. No debemos perder el sentido de la misma esa que la izquierda no tiene o detesta.

Por eso lo digo siempre: yo no quiero combatir personas, sino ideas y actitudes perversas. A saber: el socialismo no funciona. Por bienintencionados que sean los motivos por los que muchos confían en él, no funciona, y lo diré en los próximos meses en San Sebastián de los Reyes en Fuenlabrada, en Leganés, en Getafe, en Alcorcón, en Alcobendas o en Alcalá de Henares. No funciona, no funciona.

Desde el momento en el que un alumno brillante que se esfuerza no levanta la mano en clase por miedo destacar, el socialismo no funciona. En el momento en el que un ciudadano decide no volver a arriesgar, a comprar, a contratar, a hipotecarse o abrir una empresa porque todo son impuestos, burocracia y otros problemas, el socialismo no funciona.

En el momento en el que una familia vulnerable pierde la oportunidad de ver cómo a su hijo le ayudan a prosperar y a adquirir conocimientos porque le regalan el aprobado, se confirma que el socialismo no funciona.

Porque todos somos igualmente diferentes. Porque afortunadamente no hay dos personas iguales. Ni en la misma familia.

Porque el socialismo subvenciona la pobreza: no acaba con ella. Y no gestiona servicios públicos: gestiona sentimientos y hace a la gente manipulable.

La España con ganas, Madrid, elige prosperidad, propiedad, alternativas, contrastes, calidad y pujanza, por eso somos la alternativa al socialismo y no podemos mimetizarnos con él.

El centro derecha no debe huir de los problemas por mucho trabajo que den. Debemos defender un modo de ver la vida. El que ha traído las mayores cuotas de prosperidad, entendimiento y libertad a lo largo de la historia.

Todos los españoles, lo hayan votado o no, están comprobando en primera persona que ni el socialismo y menos aun el sanchismo, funcionan. ¿Y si eligen prosperidad la próxima vez?

Yo los veo cada vez con ganas…

AGRADECIMIENTOS

Queridos amigos:

No quisiera acabar sin mencionar brevemente a algunas personas.

Gracias también a mi otro equipo, en Sol, que me ayuda a levantar un gobierno autonómico con todo lo que conlleva.

Gracias a mi querido gabinete por ser el mejor equipo del mundo.

Gracias a Álvaro y a José Luis Carreras, que son tan profesionales que me sorprenden cada día. A veces pienso que qué sería de mí sin ellos.

Gracias Miguel Ángel Rodríguez. He conocido a pocas personas más trabajadoras, valientes y divertidas. Es listo como un lince y aunque no debería decirlo mucho porque me gusta que le teman, es una gran persona. ¿Quieren hacer política y pasarlo realmente bien? Llamen a Rodríguez. Aunque por el momento, está ocupado…

De mi familia poco puedo decir más que pedirle disculpas y darle las gracias. Disculpas porque es una familia normal y corriente a la que le han robado la tranquilidad y el anonimato. Que están pagando como nadie apellidarse Díaz y no digamos Ayuso, pero que nunca eligió esta situación.

Y gracias por ser un ejemplo: lo que nunca han podido quitarle es el humor, la autenticidad y la fortaleza. Así, me contestan siempre: “nosotros estamos bien si tú estás bien”.

Y gracias a todos los ciudadanos anónimos que me dan su apoyo cada día. Desde los que creyeron en mí desde el primer momento a los que por primera vez me han entregado su confianza en las urnas.

Muchos me dicen: “Resiste”. “Valiente”. Y lo más bonito que te pueden decir en política:

“Gracias”.

Como diría mi familia, si ellos están bien, yo también.

Queridos amigos:

Llevo 17 años en el Partido Popular de Madrid.

Nunca imaginé que un día tendría la fortuna de vivir este momento.

Son tantos los recuerdos y sensaciones que tengo, que no soy capaz de plasmar lo que siento en unas palabras.

La caída del Muro de Berlín, cuando tenía 9 años, me enseñó que este mundo no siempre es justo y que la crueldad del hombre, en ocasiones, llega a límites insospechados. Pero también, que la libertad siempre encuentra el camino.

Viví la universidad pública en su plenitud, absolutamente entregada a ella, mientras admiraba desde la barrera a un Partido Popular orgulloso, moderno y pujante que colocaba a España en la posición que le corresponde.

Y fue en el País Vasco donde me impactó ver a gente joven del PP teniendo que mirar los bajos de su coche antes de subirse en él. Que entraba con cierta angustia en algunos establecimientos públicos y aún sabiendo que no iba a ganar las elecciones, no dejaba de visitar un solo pueblo, por peligroso que fuera, para defender la libertad y la dignidad de ser español.

Ahí es cuando me afilié.

Con esos visos hice este traje bordado con compromiso y vocación de servicio público.

Con hilos inspirados por la justicia, el rechazo a las imposiciones y sobre todo, pasión por la libertad. Pasión por España.

Ahora, al intentar comprender qué me ha traído hasta aquí, entiendo muchas cosas y veo que nada es casualidad. Querer a Madrid es mi pasión eterna. No quiero servir a otra Bandera, no he querido andar otro camino y no sé vivir de otra manera.

En mi mente y en mi corazón están las palabras y consejos de afiliados muy mayores que ya no están con nosotros pero que nos pedían valentía, firmeza pero también entendimiento, preocupados con no volver a los odios del pasado. También llevo conmigo el cariño de afiliados de zonas rurales que dedican horas y horas a cocinar platos con los que agradecernos la visita. Y el ejemplo de jubilados que madrugan un domingo, sacrificando horas de estar con sus nietos, para coger el autobús que les lleva a un mitin.

De afiliados que están enfermos o acaban de perder a un ser querido y a quienes ir a un acto del partido les da la vida.

De afiliados sin recursos que destinan lo mejor que tienen en su armario para ir a la cena de Navidad del Partido Popular de su municipio o distrito.

Y de otros tantos afiliados confían en nosotros y esperan que trabajemos sin descanso por defender los valores constitucionales, las causas comunes, el respeto o las tradiciones sin enfrentarlas al futuro. La verdad. La persona. El trabajo. La convivencia.

El esfuerzo. La familia. El esfuerzo leal para llegar al entendimiento. La construcción.

Hoy nace un compromiso con todos ellos.

Pero por encima de todo debemos cuidar nuestro compromiso con los votantes y con todos los ciudadanos en Madrid. Vienen tiempos recios. La vida volverá a ponernos a prueba y tendremos que tomar de nuevo decisiones muy difíciles pero valientes. Tendremos que hablar claro y como siempre, tratar a los ciudadanos como a adultos. Sin traicionarnos ni fallarles a ellos.

Debemos prometer que el partidismo no nos cerrará los ojos. Que este nuevo partido será humilde, trabajador, imaginativo y valiente. Que siempre pondrá por delante los intereses de la Comunidad de Madrid y de sus 179 municipios y con ellos, los de España entera.

Que no olvidará que la sociedad a la que servimos es mucho más grande e importante que nuestro proyecto.

Y somos el partido de Alberto Núñez Feijoo. Gracias, Presidente, gracias por tu confianza, porque esto es posible gracias a ti. Te honra el paso que has dado. Yo no me puedo ni imaginar lo que es despojarme de un proyecto como es el de la Presidencia de un gobierno como el de la Comunidad de Madrid, con todo lo que he puesto en ello y dar un paso para estar hoy al frente de toda España.

No son pocos los gallegos que nos regañan por ello, pero siempre les digo que ahora el presidente volverá a Galicia, pero representando a todos los españoles. Y aunque me regañan, saben que eso es cierto.

Los dos somos compañeros. Bueno, ahora hay una jerarquía, pero hemos compartido juntos serlo durante los momentos más difíciles de la pandemia. Y hemos peleado como titanes para sacar esto adelante. No te vamos a fallar desde Madrid y no sé, que me diga Dios qué hay que hacer en esta vida, para darlo todo para que pronto llegues al Gobierno de España.

Lo haremos y luego dirán, hay choque entre un mensaje y otro, lo que ha querido decir ella, lo que ha querido decir él. Y cuando ya no hay choque de nada, hay choque de estilos, que el otro día lo leí después de los actos del 2 de mayo y dije…choque de estilos, ya que no hay choque de nada, chocamos los estilos, pero podrán intentar buscar fricciones, lógico, esto es política… divisiones…

Nosotros no somos puzzles, somos piezas que formamos esta gran familia del Partido Popular y tú vas a ser el presidente del Gobierno. Madrid es la retaguardia. Madrid es la España con ganas. Siempre lo digo, el Gobierno, que todos los españoles se están perdiendo hasta que el Partido Popular vuelva a la Moncloa, cuando será tu momento y tendrás a este equipo de tabernarios, a estos españoles con ganas a tu entera disposición, presidente.

Y, por último, presidente, lo vamos a hacer como siempre hacemos todo en esta comunidad, con ganas. Vamos a conseguirlo con ganas. Vamos a ganar con ganas, porque tenemos ganas de ganar. Ganas de cambiar el rumbo de España. Ganas de hacer política. Ganas de que estés al frente y gobiernes para todos los españoles.

Tenemos ganas de Madrid. Tenemos ganas de celebrar la vida y la libertad. Y, sobre todo, y por encima de todo, tenemos ganas de España. Muchísimas gracias.

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